jueves, 12 de julio de 2012

Antología twistera (8): Apalabrados

El dichoso robotito verde sabe bien cómo funciona esto. Nosotros no: somos unos auténticos aficionados cuyo grito (que en nuestra breve historia ya viene de largo) resuena como el eco estéril en el chiste de Eugenio ("¡¿hay alguien?!"). Y, cuando por fin una voz contesta, puede que no tengamos la valentía necesaria para escucharla. El robotito verde, los trending topic (con una vida inferior a los 11 minutos, dicen, pero armando más ruido que un elefante en una cacharrería) y todo aquello que tiene que ver con lo consumible, lo exprés, lo fugaz, en este mundo de obsolescencia programada en el que nosotros mismos quedamos obsoletos si no nos pulsan en "me gusta". ¡Malditos diablos!

Pues resulta que ahora hay toda una comunidad enloquecida con el dichoso Apalabrados y, aunque debo reconocer que no he probado el jueguito (mi teléfono móvil aún manda sus mensajes a través de Correos... el modelo anterior los enviaba en burro), la verdad es que tiene una pinta estupenda. Y parece que sube como la espuma. Y da igual si muchos de esos jugones locos no han pisado un libro tiempo ha: esto del Apalabrados es una auténtica locura colectiva. Y la culpa de esto no es ni del abuelo Butts, tomando sus artesanales fichitas de esos cajones de un desván para montar a mano un nuevo juego, ni de Mattel, que vive más pendiente de sus Barbies (y de veras que lo entiendo, porque dónde va a parar una buena Barbie comparada con un jueguito de tablero que, además, es saboteado una y otra vez a base de un par de pases mágicos evadiendo derechos), ni de nosotros, pobres predicadores medio afónicos de las maravillas de un juego que, sobre un tablero de verdad, apenas es nada, mientras que jugado desde un flamante móvil es la caña de España. No nos engañemos, la culpa es del dichoso robotito verde, que debe ser algo así como El Oráculo que todo lo sabe, o el Rey Midas que todo lo que toca se convierte en oro.


Pues bien, señor Android, le diré una cosa: podrá usted tener medio embobados a millones de personas en un montón de idiomas, podrá usted conseguir en un suspiro lo que nosotros no seamos capaces de hacer en un millón de años, podrá usted "tener movida hace tiempo" (como decían Los Refrescos), pero jamás conseguirá enseñar a ninguno de esos fervientes seguidores suyos que este juego está repleto de magia, que cuando uno se sienta frente a un tablero de juego, con su rival enfrente, con el relojito al lado descontando segundos con perversión, con sudores, miradas y re-acomodos en la silla una y otra vez, esa maravilla que usted propaga a través de las ondas como un virus por el que todos quieren enfermar se queda en nada, se vuelve nada, pequeño androide de hojalata verde.

Y mientras cada uno de los enganchados a este fantástico Apalabrados os volvéis a conectar para jugar otra partida, y luego otra... en esos fugaces o eternos instantes en que os mantenéis tomando vuestra dosis, estáis perdiendo una nueva oportunidad de saber que el verdadero juego se disfruta en tablero, o que este año aún dispones de una ocasión única para probarlo y prepararte, con la antelación suficiente, para conseguir ser uno de los privilegiados que pueda disfrutar en España del XVI Campeonato Mundial de Scrabble(R) en Español.

Little Green Man: ¿puedes hacer esto? :p

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