¿Qué restos de atril preferiríais, de entre los siguientes, para tratar de conseguir scrabble?
A-A-O-C-D
A-A-C-T
A-A-E-C-T
atril vacío
H-L-V
G-L-T-V
D-G-L-Ñ-V
D-L-V
Si vuestra respuesta es "cualquiera de los tres primeros" o "ninguno de los cuatro últimos", significa que ya sabéis bastante acerca del juego. Pero la realidad es que, en muchas ocasiones, el juego estará condicionado principalmente por las jugadas que seamos capaces de conseguir, viéndose relegada la gestión del atril a un plano secundario. Es una de las ideas a las que nos referíamos en la anterior entrada de esta serie: si condicionamos excesivamente nuestro juego al mantenimiento del atril ideal, estaremos pasando por alto jugadas cuyas puntuaciones nos permitirían llegar tanto o más lejos que la consecución del scrabble.
Los tres primeros ejemplos corresponden a la siguiente secuencia de jugadas, obtenidas en una partida real (jugada, puntuación y resto de atril):
ASA - 9 pt - A-A-O-C-D
DUDO - 11 pt - A-A-C-T
DOM - 6 pt - A-A-E-C-T
CANTALEA - 63 pt
Es decir, restos de atril teóricamente óptimos nos han llevado a una secuencia de jugadas en la que nos costó tres turnos conseguir un scrabble y nuestra puntuación media fue de unos 22 puntos. En este caso la elección puede estar justificada, puesto que el valor de las fichas en juego era muy bajo y probablemente no permitían obtener jugadas de alta puntuación, pero, aun así, esa secuencia de tres jugadas consecutivas con la que hemos sumado sólo 26 puntos podría haber supuesto una trampa en el camino de nuestra partida.
En la misma partida, cuatro turnos después, nos encontramos con la siguiente secuencia de jugadas:
JOCHES - 56 pt - H-L-V
HERRO - 28 pt - G-L-T-V
TULLO - 22 pt - D-G-L-Ñ-V
GUIÑE - 63 pt - D-L-V
VELADAS - 79 pt
O, lo que es lo mismo, con restos de atril aparentemente catastróficos hemos conseguido sumar 248 puntos en cinco turnos, una media de casi 50 puntos por turno.
¿Debemos buscar siempre quedarnos con el mejor resto de atril posible, o debe primar siempre la puntuación posible en nuestra siguiente jugada? En este caso hemos buscado ejemplos extremos, lo que significa que, en ocasiones, la línea que separa el acierto del error puede ser muy fina y hay que invertir mucha experiencia e intuición en la decisión, si bien, ante la duda, recomendamos asegurar la puntuación inmediata.
El ejemplo del atril vacío ilustra muy bien el hecho de que la gestión de atril no es siempre necesaria para conseguir el scrabble, como podemos ver en este inicio de partida:
DESLAMAN - 62 pt - atril vacío
FOSADURA - 66 pt - atril vacío
CHaDICOS - 93 pt - atril vacío
ENROLLASE - 80 pt
301 puntos en cuatro turnos (75 por turno) tras cuatro scrabbles consecutivos, sin absolutamente ninguna gestión de atril. A menudo al juego le gusta crear estas paradojas. Es por ello que quizás tengamos que aprender a revisar nuestros conceptos acerca del papel que la gestión de atril desempeña en el mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario