miércoles, 15 de febrero de 2012

Miss S

Mi mano se desliza bajo tu falda oscura
(promesa de finales en rincones recónditos,
de confesiones mudas,
de sudores, silencios y palabras sagradas
y palabras profanas
y palabras de piel
y otras aún no inventadas).

Palpando tus esencias intuyo tu secreto:
un futuro cercano que conjuga imperfecto,
(o un futuro pretérito,
como el hijo ilegítimo de algún pasado incierto),
incertidumbre en todo lo que soplan tus vientos,
lo que arrastra tu sangre, lo que exhala tu celo.

Tus efluvios y jugos amalgaman en uno
tu cuerpo con mi cuerpo.
Éxtasis de lujuria que se transmuta en siembra,
permutando en sagrado este instante blasfemo
(persigno mi pecado, me postro, te venero,
te deifico... suspiras).

De la siembra germinan las semillas fantásticas
(también otras satánicas,
contrechas, repudiadas, estúpidas y cínicas).
De la simiente estalla el mundo todo en versos
(castizos y gallardos como insulsos y necios).
De tu vientre me nace la locura infinita,
la que nunca termina, la que engendra un deseo
que se retroalimenta, que bebe sus entrañas
para seguir naciendo.

Y mi mano,
bajo tu falda oscura, se desliza de nuevo...

Parar Gran Taxi Vacío

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