viernes, 9 de marzo de 2012

Manual de Scrabble para ajenos curiosos

El juego que yo amo no es para empollones
(por el que tú preguntas es el de los peones).
No te hará falta ser ratón de biblioteca
para ver que zapato lo has de escribir con zeta.

(No, amigo mío, el Scrabble
no se juega con raqueta).

No es sólo un juego para los de humanidades
(que se puntúa y calcula son dos buenas verdades).
Por mucho que las letras te pirren, no eres bueno
si no le paras ojo a los bonus del terreno.

(No, amigo mío, Scrabble
no es una peli de estreno).

¿Quién te ha dicho que éste es un juego aburrido?
(la Q es como un penalty en el último suspiro).
¿Quién te ha dicho que en este juego no se disfruta?
(me tangaron con un desus., un hideputa).

(No, amigo mío, el Scrabble
no es larva de la fruta).

El juego que te digo esconde el mundo entero
(y te hace, por ejemplo, un reporte el portero),
el verbo es un conejo dentro de una chistera
(hasta podrás, si quieres, potrear a la portera).

(Amigo mío, el Scrabble,
te lo juro, ¡es la pera!).

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