Con sólo 8 partidas jugadas entre ambos ejemplos, tuve la suerte de disfrutar, a dos semanas de distancia, de estos dos apasionantes finales de partida casi gemelos, el primero en el VIII Abierto de Cerdanyola (29-2-2012) y el segundo en una partida en casa (12-2-2012).
En el primero de ellos, O-O-D-E-A-A-R en mi atril y, entre la bolsa y mi oponente, A-E-I-B-C-R-RR-S-T (dos fichas en la bolsa) y la siguiente configuración de tablero:
La última jugada de mi oponente ha sido GAS en 11A, jugando sólo la G, para ponerse 12 puntos por debajo en el marcador.
En el segundo, F-O-E-R-*-A-T en mi atril, una sola ficha en la bolsa (D, H o Q; cualquiera de las tres que dejé en mi cambio del turno anterior) y E-U-N-R-S en el atril de mi oponente, que acaba de robar dos de las tres fichas de la bolsa tras jugar HEZ en 3E, poniéndose 45 puntos por delante y dejando la siguiente configuración de tablero:
En ambos ejemplos dispongo del turno y ambos fueron resueltos aplicando la misma estrategia. ¿Cuál será? La solución podréis encontrarla seleccionando el espacio sombreado.
En el primer ejemplo, calculo que mi oponente (que viene de deshacerse únicamente de una G) dispone de las tres vocales que faltan por salir, de forma que, tras mi siguiente jugada, robaré una consonante, que puede ser B, C, R, RR, S o T. Calculo también que las posibilidades de mi oponente de formar scrabble son altas, así como que, si me deshago ahora de una O, por ejemplo en A8-JO (poniéndome con 21 puntos de ventaja), mis opciones de formar scrabble son también muy elevadas. Si mi cálculo es erróneo y robo una vocal de la bolsa, no tendré scrabble, pero eso significará que mi oponente, con sólo dos vocales, tampoco lo tendrá y difícilmente podrá remontar la partida. La otra posibilidad que podría complicar la victoria sería que mi oponente cambiara una ficha, teniendo que decidir si colocar o no mi scrabble (abriéndole a él nuevas líneas sobre las que permitirle un zamarrazo con su scrabble, incluso un pornueve, e incluso con la posibilidad de que la que eche a la bolsa sea la RR). Ante esta coyuntura, nuestra siguiente jugada debe ser el pase: quien llega al final de partida con ventaja en el marcador o con mejor atril tendrá siempre mayores posibilidades de vencer especulando. Mis probabilidades de scrabble, con cualquiera de las consonantes que podría robar, son, entre otras:
M9 ADOBARE o K9 RODEABA
M9 CODEARA o K9 RACEADO
M9 ADORARE o K9 RODEARA
M9 ARRODEAR
M9 ADORASE
M9 ATADERO, K9 TOREADA u O1 NORTEADA
y probablemente algunas más, cruzando con cualquiera de las letras de su posible scrabble, en las columnas 14 o 15.
Con A-E-I-C-R-S-T en su atril, el razonamiento de mi oponente fue muy bueno también: con 21 puntos de desventaja, no era él quien podía dedicarse a especular, aun con la RR aún por salir, ya que, si él pasara o cambiara una ficha y la RR estuviera en mi atril, yo la cambiaría para que se la "comiera" tras su scrabble, pudiendo así ganarle aun cuando no consiguiera formar mi scrabble, finalizando la partida en varios turnos mientras él se vería obligado a pasar. De este modo, mi oponente formó ESCRITA en M8, para ponerse 55 arriba (quedándose con la RR), cerrando yo el juego con K9 RABEADO, para ganar 492-458 tras el descuento.
La solución, en el segundo ejemplo, fue calcada: calcular mis probabilidades de scrabble deshaciéndome de una ficha en concreto (en este caso era indiferente el hecho de vaciar la bolsa, ya que mi oponente no podía formar scrabble), fuera cual fuera la ficha que robara. Aquí la intuición nos puede hacer pensar que debemos formar ya el scrabble, pero, si lo hacemos y la Q está en la bolsa, perderemos la partida.
De esta forma, mi jugada fue I9 FI, para situarme 440-476, con desventaja. En este caso, no es el marcador, sino el comodín el que me permite especular, ya que, dependiendo de la ficha que robara, podría formar, entre otras jugadas:
O6 ADEnTRO o 1A CaRTEADO
O1 EnHOTAR o 1A COHETeRA
1A CROQuETA
Como vemos, no dispongo de una doble salida si la ficha robada es la Q, supuesto en el que perdería la partida si mi oponente bloquea la columna 1, pero, en tanto que también estaría perdido en este supuesto si formara ahora mi scrabble (por ejemplo, O8 EsTOFAR), esta circunstancia no debe importar. Las posibilidades de ganar la partida si formamos el scrabble ahora son de un 66% (si robamos D o H), mientras que, si jugamos sólo una ficha, serán de un 66% igualmente si robamos la Q y nuestro oponente bloquea la columna 1, pero si pasa por alto este extremo nuestra probabilidad de victoria sería del 100%, de forma que podemos considerar que, en tanto que en toda partida cabe el error humano, nuestra probabilidad de victoria si especulamos sería mayor del 66%.
La siguiente jugada de mi oponente fue 2C QUE, para bloquear el más evidente COHETeRA en la columna 1, a la que respondí con O8 EnHOTAR, para ganar 536-483, habiendo pasado por alto dos preciosas y mucho más rentables alternativas: O1 EnHOTAR por 95 puntos y O3 HATEROs por 106.
La reflexión final es que, a menudo, en finales de partida igualados, tiene mayor ocasión de especular y ninguna necesidad de vaciar la bolsa quien llega a él con ventaja en el marcador o en su atril.
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