la suerte, el hado, el sino
caprichoso. Regalo
o piedra en el camino.
El atril, la cocina
del verbo, de la magia,
el fogón del puchero
que cuece la palabra.
El tablero, la imagen
de nuestras ilusiones,
un campo de batalla,
un nudo de ecuaciones.
Y atril, tablero y alma,
de vida me ha pintado
un juguetón espíritu
que se escapó del saco.
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