martes, 31 de enero de 2012

La CH bailando bajo la lluvia

Una de las cualidades que más me fascinan del juego del Scrabble, la que me hace vivirlo y disfrutarlo con intensidad cada vez mayor, es su capacidad de permitirnos acercarnos a la magia, desde una combinación de siete fichas disociadas, desde la formación en el tablero de jugadas fantásticas. Esa magia puede sentirse como electricidad entre los dedos y alcanzarla nos lleva a querer mejorar para poder sentirla más a menudo. Las jugadas brillantes no pasan necesariamente por extrañas palabras aprendidas a golpe de estudio; por eso pienso que esta magia está al alcance de todos y por eso quiero compartir algunos ejemplos que puedan servir como herramienta lúdica y pedagógica. La inspiración tampoco tiene que ver con el éxito; por eso existen jugadas con un aspecto de brillantez que no necesariamente son la mejor de entre las jugadas posibles. Pero, al menos, esa magia y esa brillantez nos acercan el alma del juego y nos hacen sentirlo como a un ser próximo, polifacético, entrañable, asombroso. Espero que disfrutéis de esta nueva sección y que queráis compartir vuestras propias jugadas que, por una u otra razón, os han hecho sentir, por un breve instante, esa magia.

En el pasado torneo de Cerdanyola (28-29 de enero de 2012), tuve ocasión de jugar la siguiente partida, que me regaló dos momentos mágicos. Andaba con 58 puntos de desventaja en el turno 8 de una intensa partida, con mi oponente viniendo de un cambio de cuatro fichas, la bolsa vaciándose y el tablero comenzando a cerrarse, en la siguiente configuración de tablero y atril.



Para orientar al lector en la búsqueda de la jugada que decidí hacer, diré que mi valoración fue que necesitaba deshacerme al menos de una de las tres oes, así como abrir el tablero en la medida de lo posible. Vislumbré entonces una opción que, además, suponía un "anzuelo" perfecto en el que mi oponente, no habituado al estudio de vocabulario, podría caer cediéndome así un turno si caía en la trampa. El resto de atril obtenido no sería el ideal, pero el sacrificio podría merecer la pena, más aún intuyendo que no disponía de jugadas de alta puntuación posibles. Para conocer la solución, seleccionar la zona sombreada. 

Mi jugada fue ORVALLASE en K2, por 18 puntos (sobre una jugada máxima teórica de 21) y dejando un complicado resto de atril O-S-N-O. Orvallar (lloviznar) es un verbo impersonal que, como tal, no permite la conjugación del mismo más que en tercera persona, con lo que el tentador ORVALLASEIS para aprovechar el doble de palabra de K11 podría convertirse en una trampa perfecta. Dos turnos más tarde, mi rival no consiguió llevar hasta el doble de palabra, pero jugó un inválido SE/RE/ORVALLASES, al que pude responder con scrabble para situarme con una ligera ventaja en el marcador.

Tres turnos más tarde, mi oponente neutralizaba con scrabble mi eventual ventaja de 39 puntos y se ponía 29 arriba. A pesar de la desventaja, con dos fichas en la bolsa, me veía obligado a cambiar D y Q y en este final de partida fue donde se produjo el segundo momento mágico del juego. En mi atril, A-E-E-E-O-D-S, en el de mi oponente I-B-CH-D-H-L-M y en la bolsa D-Q. La ventaja puede parecer clara para mi atril (a pesar de los 29 puntos de desventaja en el marcador), pero la jugada de mi oponente marcaría el destino de este final de partida: EH por 13 puntos para ponerse 494-465, robando la D y dejando la Q en la bolsa y con la configuración de tablero siguiente.



¿Cómo plantearíais el final de la partida? Seleccionando la zona sombreada podréis ver mi planteamiento. Soy consciente de haber cometido errores y omisiones (análisis más profundos de las posibles jugadas de ambos contendientes arrojarán más luz), pero, teniendo en cuenta también que en mi reloj quedaron apenas unos segundos al finalizar el juego, quedé muy orgulloso de mi decisión, que me permitió luchar la partida hasta el final y acabar perdiendo por 531-526 (tablero final tras el análisis).

Decido jugar DE en 1H por 20 puntos, para impedir una alta puntuación de mi oponente en esa posición (CHE, CHELI, HEDI...). Sé que si robo la Q probablemente estaré firmando mi derrota, pues anulo una de las dos úes disponibles y muy probablemente mi oponente bloquee la otra, pero no quiero regalarle los 18-27 puntos del triple de palabra. Robo la Q y me responde con MUI en E1 para matar mi Q (con ella muerta, ese empleo erróneo de la I me concedía ventaja, ya que esta ficha podría haber rentado algunos puntos más por sí misma). Reviso sus fichas (B-CH-D-D-L) y veo que, sin vocales en su atril, puedo matar su CH si no entrego vocales sobre el tablero y ahogo la O situada en 2O; con esto conseguiré 22 puntos adicionales: 5 que no sumará de mi Q, 5 que restará de su CH y 12 que no conseguirá formando CHO; decido jugar SO en 2N por 4 puntos. Mientras mi oponente piensa su siguiente jugada, maldigo en voz alta, pues descubro que cometí un grandísimo error: si hubiera ahogado su CH jugando ET en 1N, mi S habría quedado libre, bien para ahogar su B si en el turno siguiente no jugara BU en B7, bien para pluralizar mi última jugada, que ya está programada. Mi oponente responde con LAY en 8M y mi atril (A-E-E-O-Q) ya no me permite matar su B, así que juego AJO en 10E, por 16 puntos. Mi oponente responde con DAD en 5J, por 5 puntos, respondo con EH en F5 por 8 puntos y recibo el BU en B7 por 4. Consciente ya de que mis puntuaciones no me servirán para alcanzarlo, decido aplicar otra estrategia para intentar ganar la partida (ésta me sirvió para desorientar a Benjamín Olaizola en 2007 y conseguir tirarle la bandera, aunque no ganarle la partida): en vez de desplegar mi próxima jugada, paso y cedo el tiempo a mi oponente (a quien apenas queda un minuto de tiempo), intentando que mi pase le desconcierte y, en la búsqueda del motivo del pase, pueda perder el tiempo suficiente para que su bandera caiga. Tras su expresión de desconcierto, no duda en jugar rápidamente VED en 4K por 7 puntos, a lo que respondo con un nuevo pase rápido que se ve imitado por otro veloz pase de mi oponente; en vistas de que su bandera no caerá, juego finalmente EA en H12 por 18 puntos, para, tras el descuento, caer por 5. Es evidente que la elección en el uso de mi S para ahogar su CH fue incorrecta, ya que pude tapar con ET y guardar la S para formar GRUÑONAS en un último turno que concediera la victoria por un sólo punto de diferencia, pero lo cierto es que disfruté de este mágico momento como de muy pocos otros en mi historia con este maravilloso juego.


2 comentarios:

  1. Buenísimo el final de partida. Además del incorrecto SO, 2N, creo que EH, F5 fue otra omisión. Podrías haber jugado primero OA en H12 y cerrar con CONFINARE, consiguiendo, si no cuento mal, un empate.
    Sin duda que estas son las partidas que se quedan mucho tiempo dándonos vueltas en la cabeza.

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  2. Gracias, Jesús!

    No podía cerrar con CONFINARE, porque entonces mi oponente juega su CH y descuento la Q :)

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